Con el Coronavirus o COVID-19 repartido por todo el planeta, es realmente importante tomar todas las medidas de precaución necesarias para minimizar el riesgo de contagio.
La transmisión del virus por contacto en superficies es algo probado, así que es importante desinfectar nuestros muebles, más todavía desinfectar nuestras sillas.
El desinfectante por excelencia, barato y que podamos encontrar en todos los hogares es la lejía.
Para que la lejía sea eficaz hay que limpiar previamente nuestra silla con una bayeta húmeda para eliminar todos los resto de suciedad y polvo.
Después limpiaremos nuestra silla, ya sea de madera, metal o plástico, con otra bayeta humedecida en una disolución de lejía al 1:50.
- Coger 20 ml de lejía casera, no importa la marca.
- Meter la lejía dentro de una botella de plástico de 1 litro.
- Rellena la botella con agua de grifo hasta rellenar el litro.
- Cerrar y mezclar bien agitando la botella, asegurándose de que esté bien cerrada.
Atención: Es importante preparar la mezcla dentro del mismo día pues pierde eficacia pasadas unas horas.
Utiliza guantes y ten cuidado con la ropa, pues la lejía deja manchas.
Con la bayeta mojada en esta disolución, podemos desinfectar nuestras sillas sean del material que sean. En sillas muy delicadas, puedes probar en una zona poco visible para ver que nuestra disolución no le producirá ningún daño.
Después del tratamiento, limpiar la bayeta con agua de grifo abundante para dejarla preparada para el siguiente tratamiento.
En función del material de la superficie, el COVID-19 está demostrando ser un bicho de lo más persistente, permaneciendo activo incluso hasta 5 días en materiales como el plástico o el acero inoxidable.
Fuente: The Journal of Hospital Infection.