Las sillas ergonómicas son ese tipo de herramientas de trabajo que no deberían faltan en las oficinas o domicilios donde se pasan muchas horas sentados delante de un ordenador.
Son sillas totalmente regulables, con piezas móviles que permiten adaptar la silla al tipo de usuario que la utiliza.
No es lo mismo una persona de 1,90 metros y casi 100 kilos, que una persona de 1,70 y 60 kilos por poner un ejemplo.
Hay sillas de tan mala calidad que si la utiliza una persona corpulenta la podría llegar a romper.
Así que la primera cuestión a determinar es conocer el tipo de usuarios que van a tener las sillas ergonómicas para localizar las más apropiadas en cada caso.
Cuando algo se lanza en la búsqueda de sillas ergonómicas de calidad es que ha sufrido en su espalda y uso de una silla barata o directamente de mala calidad. Hay que evitar caer en la tentación de comprar sillas simplemente por su estética, pues hay sillas que pueden consideraste "feas" que son auténticas bestias de cara a la ergonomía y comodidad.
Muchos fabricantes para lograr la calidad que se espera tienen que recurrir a diseños que parecen sacados de películas de ciencia ficción. Así que en vez de guiarnos por los ojos, tocará leer características y reseñas de usuarios, que al final son el mejor jurado.
Toda buena silla ergonómica debe tener estas partes: