Las sillas huevo tienen su origen allá por la década de 1959 y se ha convertido de una de esas sillas inconfundibles que no pasan desapercibidas cuando la ves por primera vez. Una combinación de elegancia, refinamiento y extrema comodidad, con una forma ovoide muy característica que lo convierten en atemporal y que nunca pasan de moda.
La primera silla huevo fue creada en 1948 por el arquitecto finlandés Eero, y fue una auténtica revolución tecnológica de la épica. Se situó en un hotel, y su diseño llamó la atención a gente de todo el mundo, pasando ser rápidamente un objeto deseado y cotizado que nunca ha pasado de moda.
Se utiliza cuando quieres dar un toque diferente y elegante a un ambiente.
Son muy habituales las variantes "colgante", también conocida por muchos como sillas nido(por su similitud con los nidos de pájaro). Sea como sea, una silla huevo puede ser la respuesta para decorar esa estancia aburrida que tienes y que necesita un toque original.
Se emplean mucho en zonas de descanso y lectura, pues en su interior la postura que se coge facilita la lectura y el descanso, y la sensación de flotar es realmente confortable.